En los dos artículos anteriores he analizado lo referente a los aspectos teóricos del Trabajo Comunitario Integrado y los pasos metodológicos para que un delegado pueda comenzar a realizarlo. Quiero recalcar que la comunidad no se restringe a un espacio físico, es un grupo social, que con participación y cooperación construye su proyecto de desarrollo.
En los últimos tiempos se ha hablado de intervención comunitaria, y es muy válido, sobre todo en aspectos tales como la vacunación, intervención significa penetrar y cambiar algo desde afuera hacia adentro, sin embargo nuestro presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez ha planteado en reiteradas ocasiones y en disímiles escenarios que a la comunidad se va a escuchar, a dialogar, y a construir entre todos los factores el desarrollo que la comunidad quiere y puede edificar.
Dentro del diagnóstico participativo se encuentra el plan de acción. El mismo debe realizarse a partir de los problemas y potencialidades que ya fueron priorizadas. Debe construirse escuchando la opinión de la mayoría de las personas y se puede hacer mediante entrevista de los pesquisadores o personas del grupo de Trabajo Comunitario a los habitantes del lugar.
El plan de acción debe tener explícito la problemática o potencialidad, las acciones que se deben hacer para mitigar el problema o desarrollar la potencialidad, también debe colocarse el responsable, los participantes, la fecha, los recursos críticos y como se va a evaluar el cumplimiento.
El plan de acción es un documento vivo, se transforma constantemente, se soluciona un problema, se termina un proyecto y otro nuevo surge, con la idea clara que el fin último del Trabajo Comunitario Integrado es mejorar la calidad de vida de la población.