Una compilación dedicada a las familias con niños entre 4 y 10 años de edad

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Tomado de guíainfantil.com y adaptado a la realidad cubana.
Breve introducción
Estimados padres: intenté hacer una recopilación de relatos cortos para niños entre 4 y 10 años, también puede utilizarse en niños con necesidades educativas diferentes, cada familia puede utilizar este material a placer y hacer las variaciones y adaptaciones que estimen, también lo pueden ilustrar. El objetivo que persigo es brindar una herramienta, compilada, pero extraída de guiainfantil.com para preparar el regreso a la escuela y disfrutar con nuestros niños, aún en condiciones de aislamiento.
Gracias


El cuento que no quería escribirse y otras alternativas para tratar con niños escolares la frustración.
El papel estaba en blanco. Ana debía escribir un cuento para su clase de Lengua, pero el lápiz no se dejaba agarrar. Este bailaba sobre la mesa junto a las pinturas de colores. Era tal la fiesta que al color amarillo le dio un ataque de risa y acabó caído en el suelo. A la pequeña niña no le quedó más remedio que unirse al baile. Cuando sonaba un vals, Ana consiguió engañar al lápiz y al fin pudo dominarlo.
Sobre el papel escribió 'Érase una vez', pero las letras desaparecían al instante. Probó entonces con 'Había una vez' y el resultado fue el mismo. Savannah lo intentó de muchas maneras y para ello no dejó fórmula sin probar: 'En un lugar muy lejano', 'En el antiguo reino'… pero nada funcionaba.
Como no se daba por vencida decidió empezar el cuento por el final. Y así, con mucho cuidado y bien despacito, escribió 'Colorín colorado, este cuento se ha acabado'. Apenas duraron unos minutos las palabras en el papel. Estas acabaron estallando en unos coloridos fuegos artificiales.
Ana no estaba consiguiendo escribir su cuento, pero tenía que reconocer que se lo estaba pasando muy bien. La mesa de estudio parecía el escenario de un gran espectáculo. Así que decidió dejarse llevar y unirse a la fiesta. Jugó con todas las pinturas, cantó con el lápiz e hizo un vestido para su muñeca con los papeles.
Al día siguiente, entró en la clase de Lengua con la cabeza bien alta. Aunque no llevaba el cuento escrito como el resto de sus compañeros no estaba preocupada. Había aprendido que a veces aunque se intentan hacer bien las cosas estas no salen como las habíamos pensado. Lo importante era haberlo intentado y haber buscado una solución alternativa. Así, cuando la profesora le pidió su cuento, Ana le explicó los problemas que había tenido para escribirlo. Sin embargo, su cuento estaba en su cabeza y acudió a la tradición oral para narrarlo en voz alta a sus amigos.
1. Preguntas de comprensión lectora para tu hijo
Estas preguntas tienen la intención de evaluar el nivel de comprensión y de atención de tu hijo. No le propongas las siguientes cuestiones como si se tratara de un examen, sino como si fuera un juego o un desafío que tiene que resolver.
- ¿Por qué tenía que escribir Ana el cuento?
- ¿Te acuerdas de alguno de los principios que utilizó la niña para empezar su cuento? ¿Alguno de ellos funcionó? ¿Qué principio habrías elegido tú?
- ¿Qué hizo finalmente Ana al no poder escribir el cuento?
- ¿Qué ocurrió cuando llegó a clase sin el cuento?
- ¿Sabes algún cuento que te hayan contado de forma oral?
2. Preguntas para reflexionar sobre la historia
Más allá de las preguntas que tratan sobre lo que cuenta la historia, podemos aprovechar para proponer algunas cuestiones para que tu hijo reflexione sobre la situación. Para ello, lo ideal es dialogar con él de una forma calmada. A continuación te proponemos algunas preguntas que te podrían ayudar a dirigir esta conversación.
- ¿Qué hubieras hecho tú si tu cuento no se quisiera escribir?
- ¿Te habrías enfadado? ¿Por qué crees que Savannah no lo ha hecho?
- ¿Qué otras cosas hubieras hecho para poder escribir el cuento?
- ¿Crees que la niña ha hecho bien?
3. Ustedes sí pueden escribir un cuento.
Tras leer este cuento, hay una actividad complementaria que no puede faltar: ¡escriban su propio cuento! ¿Te imaginas que te pasa como a Ana y tu bolígrafo no quiere escribir? Si tu hijo es demasiado pequeño, pueden inventar el cuento en voz alta. Lo pasan bien y es una magnífica actividad para estimular la creatividad de tu pequeño.
Otros recursos educativos sobre las emociones infantiles
Y antes de terminar, desde Guiainfantil te ofrecemos algunos consejos para que todos los padres ayudemos a nuestros hijos a gestionar la frustración. Como señala el trabajo de investigación 'Aprender a tolerar la frustración en el segundo ciclo de Educación Infantil' de Gemma Viaplana para la Unversidad Internacional de La Rioja (España), sentirse frustrado en ciertas ocasiones es inevitable, a nosotros los adultos también nos sucede.
De ahí que sea tan importante que enseñemos a los niños a gestionar la frustración y comprenderla. Gracias a ello, conseguimos que los pequeños estén más equilibrados y tengan más herramientas para su vida adulta, lo que influirá en su bienestar y autoestima presente y futuro.
Estas son algunas de las claves a seguir:
- Dar ejemplo
Nunca podemos olvidar que los padres somos referentes y modelos a seguir de nuestros hijos. Ellos se fijan en nosotros (incluso cuando no somos conscientes de que nos observan) y sacan conclusiones sobre cuál es el comportamiento deseable y cuál no.
- Señalar la emoción cuando se produzca
Aprovechemos cuando en una película o un cuento infantil aparezca un personaje sintiéndose frustrado para señalar a nuestro hijo dicha emoción. Así podrá aprender de una forma práctica y a través de ejemplos cuáles son las emociones.
- Enseñar a los niños qué es el esfuerzo
El esfuerzo, la perseverancia y el trabajo duro son algunos de los valores que debemos transmitir a los niños para que aprendan a manejar la frustración.
- Proponer normas y límites
Aunque decir que 'no' sea complicado, los padres lo debemos hacer, ya que otorgan un aprendizaje muy importante para los niños: no siempre podemos conseguir todo lo que queremos. Sin embargo, no se trata de decir a todo que no (además de que siempre debemos intentar decirlo de una forma positiva), sino que podemos dar alternativas a los niños. Consensuar unas normas con nuestros hijos, que sean acordes a su edad y sean respetuosas, resulta esencial.

Un cuento para niños sobre el control de las emociones

‘La tortuga Manuelita’ es un fantástico cuento para evitar las rabietas de los niños. O más bien, un cuento corto que ayuda a los más pequeños a aprender a canalizar su ira y gestionar mejor sus emociones. También se le conoce como ‘Técnica de la tortuga’.
Cuando el niño sienta un gran enfado o ira, debes contarle este cuento y reflexionar con él sobre cómo se siente. Evidentemente, en plena rabieta ya no querrá escuchar. Debe contarse cuando sienta enfado.
Un cuento para evitar las rabietas de los niños: ‘La tortuga Manuelita’
Manuelita era una tortuga encantadora, pero tenía un pequeño defecto: se enfadaba con facilidad, y cuando se enfadaba, se ponía tan nerviosa que comenzaba a gritar y a patalear sin parar. Ella lo pasaba muy mal, y el resto no sabía cómo ayudarla.
Manuelita cuando se enfadaba era capaz de hacer cosas que no quería, como romper papeles en medio de la clase o incluso intentar pegar a alguno de sus compañeros. Luego se arrepentía mucho, pero no era capaz de encontrar la solución. Así que a Manuelita, cada vez le costaba más ir al colegio, y su rabia crecía y crecía sin control.
También le pasaba en su casa, con sus padres. Hasta que un día, les visitó su querida abuela Margarita, que llevaba mucho tiempo sin verla. A Manuelita le encantaba hablar con su abuela. Era muy vieja y sabía muchas cosas. Y su abuela, que notó que Manuelita estaba un poco tristona, le preguntó. La tortuga le explicó lo que pasaba, y su abuela, le dijo con dulzura:
– ¡Ah! ¿Es eso? Pues tienes suerte, porque la solución a tus problemas la llevas encima.
– ¿Encima? ¿Cómo que encima?- contestó extrañada Manuelita- ¡Yo no veo nada!
– Claro que lo ves: es tu caparazón.
Lo que Manuelita tenía que hacer cada vez que se enfadara
Manuelita miró a su abuela con algunas dudas:
– ¿Mi caparazón? ¿Y qué tiene que ver? No lo entiendo…
– Muy fácil, Manuelita- dijo entonces su abuela- Cada vez que te enfades, solo tienes que meterte dentro del caparazón y contar hasta diez. Cuando salgas, las cosas te parecerán diferentes y notarás que tu enfado es menor.
– ¿En serio?- contestó con los ojos muy abiertos la tortuga.
Estaba realmente impresionada. Deseaba probar la técnica de su abuela, porque todos los consejos que le había dado hasta ese momento… ¡habían sido fantásticos!
Al día siguiente, Manuelita fue algo más contenta al colegio. Estaba un poco nerviosa, pero esperaba poder controlar su enfado gracias a la técnica de su abuela.
Y el momento llegó en la clase de gimnasia: una de sus compañeras le lanzó la pelota con tan mala suerte que le dió en la cabeza. Manuelita se enfadó muchísimo. Estaba taaanenfadadaaa que deseaba insultar a su compañera. Pero entonces recordó lo que le dijo su abuela, y decidió meterse en el caparazón. Allí, refugiada y a oscuras, comenzó a contar despacito:
– Unooo, doooos, tres….
Y cuado Manuelita llegó a diez, sacó la cabeza y sintió que se sentía muchísimo mejor. Al fin y al cabo, su compañera no había querido darle ‘a posta’, sino que había sido un accidente. Ahora lo veía todo mucho más claro.
– No te preocupes, Clotilde, que sé que no lo hiciste a propósito- dijo Manuelita.
Sus compañeros de clase y la profesora se quedaron asombrados, e incluso, la aplaudieron. ¡Manuelita ya era capaz de controlar sus enfados!

1.¿Cómo le explico a mi hijo qué es el enfado y para qué sirve?
Aprender cómo controlar la ira en niños no es sencillo. Un paso previo es ayudarles a entender qué es la ira y la función que cumple. A continuación os presento algunos puntos que hemos estado trabajando:
-la ira es una emoción, y cuando la tienes notas que estás irritable, molesto, tenso
-la ira /enfado no es mala
-la ira tiene una función: es como tu cuerpo te cuenta que hay algo que te molesta, y que tienes que solucionarlo.
-todos nos enfadamos en algún momento. Mamá y papá también se enfadan.
-podemos aprender estrategias que nos ayudan a controlar el enfado. Algunas veces necesitaremos solucionar un problema. En otras ocasiones no podremos arreglar aquello que nos molesta, o simplemente no sabremos por qué estamos enfadados. Incluso en estos casos, tenemos la posibilidad de aprender formas de controlar la ira.
CONSEJO: Para poder trabajar con nuestros hijos necesitamos herramientas. Podemos comunicarles la información que os acabo de enumerar en las líneas previas. Pero para que realmente participen y se involucren en la actividad, necesitamos comunicarles esta información de una forma relevante para ellos. Si tengo que elegir una sóla inversión que haría para aprender a trabajar cómo controlar la ira en niños el control sería el siguiente libro:
• ¿QUE PUEDO HACER CUANDO ESTALLO POR CUALQUIER COSA? de Dawn Heubner.
No es un simple libro para el adulto. Es un entretenido texto para que los niños más mayores puedan leer solos o para que los padres lo leamos con los más pequeños. Este libro esta plagado de ejemplos, metáforas y escrito con un lenguaje sencillo que conecta muy bien con los niños.
Resulta muchísimo más sencillo hablar de las emociones cuando nos apoyamos en libros. A partir de algunos textos, comenzamos a explorar los sentimientos (¿os imaginais sentaros delante de vuestros hijos y decir «ahora vamos a hablar de los sentimiento».)
Estos son algunos ejemplos de libros infantiles en los que se trata el tema de los sentimientos. Cualquiera de ellos puede proporcionaros un contexto para comenzar a hablar de sentimientos y emociones en casa (¿cuando te has sentido así? ¿qué hiciste?, etc):
• El Monstruo de Colores
• Emocionario. Di lo que Sientes
• Laberinto del Alma
• Cómo quitar el Grrr al enfado
2. ¿Cómo noto que estoy enojado? : Termómetro o escala visual del enfado.
Puesto que la ira es una emoción necesaria, es importante ayudar al niño a expresarla de forma adecuada. Expresar la ira con violencia, pegando o gritando no es la forma correcta. Tenemos que proporcionarle un vehículo para expresar la ira con palabras y evitar otros formas de exteriorizar el enojo que no son adecuadas.
Nuestro siguiente paso esta semana ha sido hablar de los distintos grados de enfado. Para ayudarnos a expresar cuán grande es nuestro enfado hemos utilizado una escala visual. Las escalas visuales no sólo se utilizan dentro del ámbito de las necesidades especiales sino con niños en general ya que les proporciona claves para poder graduar la intensidad de una emoción, sentimiento o sensación (ansiedad, enfado, dolor..)
En la primera columna los iconos reflejan las fases por las que puede pasar el niño desde el nivel 1 donde se siente bien, al nivel 5 donde se encuentra muy enfadado. Para cada nivel hablamos de cómo se nota lo enfadado (¡o contento!) que estoy.

3. Cómo controlar la ira en niños: Ejercicios de control de la ira para niños
En este último paso, vamos a proporcionar a los niños estrategias, tácticas o técnicas para aprender cómo controlar la ira.
Utilizando el «termómetro de los sentimientos» del punto anterior, hemos hablado de qué cosas puedo hacer para controlar mi enfado en cada uno de los niveles. Para los niveles 1 y 2 sólo necesitamos continuar como hasta ahora, ya que estamos contentos. Para trabajar los niveles 3, 4 y 5, hemos creado un menú de actividades que nos ayudarán a calmarnos y controlar nuestras emociones
17 Ejercicios de control de la ira para niños
1. Pedir ayuda a mamá
Ejercicios que nos ayudan a relajarnos (ejercicios de respiración)
2. Ejercicio de respiración 1: inspira como si respirases una flor /expira como si soplases una vela
3. Ejercicio de respiración 2: soplar un globo
4. Ejercicio de respiración 3: Respiración profunda mientras Mamá cuenta hasta 10
Ejercicios que nos ayudan a relajarnos (relajación)
5. Ejercicios de relajación progresiva para niños
Salir de la situación (físicamente)
6. Irse a una habitación distinta de donde ha ocurrido el problema
7. Salir al jardín
8. Mamá /Papá me llevan de paseo
Salir de la situación (cambiar a otra actividad divertida)
9. Ver un programa de televisión favorito
10. Mamá cuenta (¡o se inventa!) un cuento
11. Jugar en el ordenador o la tablet
12. Juegos de mesa (cartas, parchis)
Actividad física para quemar energías
13. Rebotar sobre una pelota grande
14. Saltar
15. Correr alrededor del sofá
Otras técnicas
16. Parar / Pensar / Hacer – Parar (cuando estoy muy enfadado) / Pensar (en alternativas para solucionar lo que nos está molestado o para calmarnos / Hacer (la que hayamos seleccionado)
17. Empezar a contar números hasta que nos calmemos (1- 10)



Cuento infantil sobre las perretas de los niños. Pinchón
Pinchón era un erizo muy amoroso. Era amable, cariñoso… Todo el mundo quería a Pinchón.
Por las mañanas rara vez se despertaba de mal humor: abría despacio los ojos, veía a su mamá, y de un brinco la abrazaba y se quedaba en su regazo un largo rato. Le gustaba jugar a imaginar que era otros animales imitando todos sus sonidos, incluso los gruñidos más extraños. También le encantaba perseguir corriendo a su pelota de color azul o hacer pompas gigantes de jabón cuando su papá lo bañaba por las noches.
Un día, Pinchón se despertó por la mañana con una sensación extraña… Abrió sus ojos despacio, como siempre, y vio que el cielo estaba muy nublado. Se levantó sintiendo su cuerpo muy pesado y al ver a su mamá acercarse le preguntó:
- ¿Mamá, puedo desayunar de esos ricos frutos tan rojos que a veces traes?
- No hay frutos rojos, Pinchón, está llegando el frío invierno.
Pinchón frunció el ceño. De repente, no le apetecía hacer gruñidos de animales, ni estar con su mamá. Desayunó de mala gana y observó con sorpresa de una de sus púas se había puesto muy tiesa, como las espinas de los rosales tras los que a veces se escondía.
Frunció aun más el ceño…
- ¡Qué es lo que pasa con esta púa!
¡ZIIIIIIIIIIIP! ¡Otra púa tiesa como la primera!
Pinchón empezó a enfadarse de verdad. No sabía bien por qué, pero notar esas púas tan tiesas le hacía fruncir más y más el gesto de su carita y hacer que más púas se erizaran.
De repente y sin poder parar, todas las púas de su cuerpo se pusieron firmes como soldaditos. ¡¡Algunas, incluso, salían disparadas!!
Echó a correr, rabioso. Pinchó su preciosa pelota azul con esas púas tan puntiagudas.
- ¡Noooo! ¡Mi pelota!
Su mamá acudió a darle un abrazo, pero cuando intentaba acercarse se hacía mucho daño y tenía que echarse para atrás.
Pinchón lloraba desconsoladamente. No podía jugar, no podía abrazar a su mamá… si seguía así hasta por la noche ni siquiera podría jugar a hacer pompas con su papá. Él quería hacer todas esas cosas, pero las púas simplemente no le dejaban.
Pasó un rato que se le hizo interminable. Intentó abrir mucho los ojos, hinchados del llanto. Vio su pelota azul destrozada y a su mamá mirarle con cara de preocupación. Levantó uno de sus deditos y aplastó una púa de su cabeza. Observó que la púa no volvía a saltar, de modo que aplastó otra púa, esta vez de su costado. Fue aplastando unas cuantas más y, como por arte de magia, el resto de las púas se suavizaron poco a poco. Dejó de llorar, se secó las lágrimas y miró a su alrededor. Todo estaba en calma y pudo verlo todo con más claridad.
El abrazo de su mamá fue el más cálido y tierno que se pueda imaginar:
- ¿Ponemos un parche a tu pelota azul?
Vamos a comprender mejor las perretas de los niños
Las rabietas forman parte del desarrollo de la personalidad. Es difícil lidiar con las frustraciones y es un aprendizaje fundamental cuando somos niños porque, desgraciadamente, las cosas no siempre son como queremos que sean.
Cuando los niños son muy pequeños y aun no pueden expresarse a través del lenguaje, las rabietas o perreta se convierten en su forma de hacernos notar su frustración o su disgusto. Pero las rabietas no las presentan solo los bebés: incluso en los primeros cursos de primaria, cuando los niños dominan el lenguaje a la perfección, hay niños que siguen teniendo este tipo de episodios porque están en una fase en la que aún no manejan bien sus decepciones, sus fallos o sus fracasos.
Es importante que los niños aprendan a autorregularse y sobreponerse por sí solos de estos lances, y ponerle palabras o verlo a través de juegos, cuentos o ejemplos, les ayuda a proyectar lo que les pasa. Por ello, en el trabajo de comprensión proponemos tanto preguntas relacionadas con la atención a la lectura como cuestiones que ofrezcan un pequeño espacio de reflexión en torno a las rabietas.
Algunas preguntas de comprensión lectora para los niños
A continuación te proponemos algunas preguntas de comprensión lectora que te permitirán saber si tu hijo ha entendido y prestado atención al cuento, pero también te ayudarán a hacer reflexionar a tu pequeño sobre emociones como la ira y la frustración.
1. ¿A qué le gustaba jugar a Pinchón?
2. ¿De qué color era su pelota?
3. ¿Dónde estaba la primera púa que Pinchón consiguió tumbar?
4. ¿Por qué crees que a Pinchón se le erizaron todas las púas?
5. ¿Crees que lo que le ocurrió a Pinchón fue culpa de alguien?
6. ¿Alguna vez te has sentido como Pinchón y has roto algo que te gustaba mucho?
7. ¿Qué crees que hay que hacer cuando te pasa lo que le pasó a Pinchón?
Vera y el problema de dormir. Cuento infantil para dormir
Cuento para enseñar a los niños a dormir sin berrinches
Azucena Zarzuela Periodista y escritora de cuentos
12 de abril de 2018
Vera no quería irse nunca a dormir.
Saltaba en la cama y tiraba la almohada al suelo. Mientras su mamá le leía un cuento, ella gritaba y no escuchaba. Después de mirar debajo de la cama para comprobar que no había monstruos su mamá trataba de calmarla cantando antiguas nanas. Pero nada funcionaba.
Vera no quería cerrar los ojos. Después de más de dos horas, enfadada y finalmente agotada tras haber acabado llorando, Vera se rendía al sueño.
Todas las noches eran iguales. Y por las mañanas Vera se sentía cansada en el colegio por no haber descansado lo suficiente. Apenas tenía fuerzas para jugar y como solía estar de mal humor no tenía muchos amiguitos.
Su mamá estaba preocupada. No sabía cómo podía ayudar a su pequeña hijita. Había consultado muchos libros y a muchos amigos para encontrar una solución. Y tras poner en práctica los consejos dados, Vera seguía sin querer irse a la cama por las noches.
Fue entonces cuando la mamá de Vera decidió pedir ayuda al hada de su infancia. Como cuando era pequeña ésta se asomó a la ventana y, mirando a la estrella más brillante del cielo, deseo con todas sus fuerzas que su hada apareciera. Batiendo sus coloridas alas el hada se presentó y le explicó que el problema estaba en que Vera no quería dormir sola en su habitación, que echaba mucho de menos a su mamá y a su papá en la cama.
La mamá de Vera decidió entonces hacerle el camisón más bonito del mundo con retales de tela de una camisa de papá y de un vestido de mamá. Cuando Vera se lo puso para irse a la cama podía oler a mamá y a papá cerca de ella.
Esa noche, Vera durmió tranquila porque sabía que su familia siempre estaría con ella y nunca la dejaría sola. Al día siguiente, por fin, la pequeña Vera se despertó contenta y descansada.
Ejercicios para saber si tu hijo ha entendido el cuento
Si quieres saber si tu hijo tiene una buena comprensión lectora y ha entendido el cuento de Vera y el problema de dormir, solo tienes que hacerle estas sencillas preguntas.
La comprensión lectora es un paso importante a dar por el niño para poder acercarse a la lectura.
- ¿Por qué crees que Vera no quería dormir?
- ¿Qué hacía para no irse a la cama?
- ¿Qué le pasaba al día siguiente por no dormir?
- ¿Qué hizo la madre para poder arreglar el problema?
- ¿Tú tienes miedo de ir a la cama solo? ¿por qué?
Cuento para desarrollar la perseverancia
Trampolín era un sapo diminuto que vivía con su familia, en una charca de nenúfares. Aunque era pequeño de tamaño, tenía un sueño muy grande: ser el mejor saltador de todos los sapos.
Para cumplir su aspiración, decidió apuntarse al concurso de salto más importante del país, que se celebraba en el plazo de tres meses, en un estanque cercano a la charca.
Nada más hacer la inscripción, Trampolín comenzó a entrenar. Al principio, botaba muy bajo y los demás sapos le decían que no iba a conseguirlo, que sus patas traseras eran demasiado cortas y que sus brincos apenas le levantaban del suelo. Pero el sapito no les hacía caso, él seguía erre que erre intentando alcanzar más altura.
Trampolín subía por los tallos de los juncos, saltaba por encima de las hojas de los nenúfares, hacía carreras para fortalecer sus músculos y así, poco a poco, consiguió estar bien preparado.
Llegó el día del gran concurso. Había farolillos de colores y guirnaldas por todo el camino que conducía al estanque. Era un día de fiesta. Trampolín iba nervioso con el número cuatro en su espalda.
Todos los concursantes, se pusieron en fila. En total eran diez. El juez sapo iba dando la salida por turnos, con un sonoro '¡Croaá!' y un jurado de tres sapos elegiría quién era el mejor.
Cuando llegó el turno de Trampolín, el sapito dobló sus patas con fuerza, después las estiró en el aire todo lo que pudo y dio un salto increíble.
Todos los sapos empezaron a croar de alegría y al acabar el concurso, los jueces decidieron que el ganador era el dorsal cuatro: ¡Trampolín!.
Moraleja: Quien trabaja con empeño, va consiguiendo sus sueños.
Preguntas para saber si tu hijo a entendido la fábula
La comprensión lectora es muy importante en el desarrollo de la lectura del niño. No es suficiente solo con entender las palabras, sino también que es necesario saber lo que dice todo el texto.
Por eso, en Guiainfantil.com te dejamos unas preguntas para que sepas si tu hijo ha entendido el texto:
- ¿Sapito era bueno saltando al principio del cuento?
- ¿Qué le decían sus amigos?
- ¿Sapito hizo caso a sus amigos?
- ¿Por qué siguió saltando?
- ¿Quién ganó la carrera?
- ¿Qué has aprendido con este cuento?
Cuento corto para enseñar a pedir perdón a los niños
Ese día en la ratonera estaban revolucionados. Mamá rata había llevado para comer un gran trozo de queso, del que más les gustaba, y todos estaban esperando impacientes a que papá ratón lo repartiera.
Tocaron a una suculenta ración, y cada uno se fue a su rincón para dar buena cuenta de su apetitoso manjar.
Topito tomó solo un pedazo para cenar y prefirió dejar el resto para comer el día siguiente. Tapón se comió todo en una sentada y se quedó dormido enseguida. Molón se comió la mitad y decidió dejar la otra mitad para otro momento en que tuviera apetito.
Ocurrió que durante la noche Tapón se despertó, y a pesar de haber cenado muy bien sintió hambre. A oscuras se acercó sigilosamente a la cama de su hermano Topito. Enseguida vio el trozo de queso y, sin pensarlo dos veces, se lo llevó a su rincón y se lo comió. Luego se volvió a quedar plácidamente dormido.
Habían pasado tres horas y Tapón se volvió a despertar. Se acarició la barriga. Inexplicablemente volvía a tener hambre. Sin hacer ruido, a oscuras todavía, se acercó a la cama de su hermano Molón. Cuando vio el trozo de queso tampoco se lo pensó dos veces, se lo llevó a su rincón y se lo comió en menos que canta un gallo. Se acostó de nuevo y se durmió sin ningún cargo de conciencia.
A la mañana siguiente Tapón se despertó con los gritos de sus hermanos.
- ¡Alguien se ha llevado mi queso! - dijo Topito muy enfadado mirando de reojo a sus hermanos.
- ¡Me han robado mi trozo de queso! - dijo Molón airado.
- ¿Habéis oído ruidos esta noche? - preguntó papá ratón.
- Yo escuché algo pero me dormí enseguida - dijo Tapón para que pensaran que había entrado alguien durante la noche y no sospecharan de él.
Entonces, Topito y Molón empezaron a pelear fuertemente entre ellos acusándose de ladrones.
Tapón se sintió muy mal. No le gustó ver a sus hermanos pelearse de esa manera, y encima sabiendo que había sido por su culpa. Mamá rata y papá ratón separaron a los ratoncitos.
- ¿No os da vergüenza? ¡Sois hermanos! - dijeron muy disgustados, y mamá rata se puso a llorar.
Al ver todo lo que estaba sucediendo, Tapón empezó a llorar desconsoladamente en un rincón. Todos estaban en silencio.
- ¡He sido yo! ¡He sido yo! - dijo Tapón tapándose la cara con las patas, muy avergonzado por su comportamiento.
- ¡Perdón, perdón! - dijo mirando a sus hermanos y a sus padres ratones. Entonces, Topito y Molón se miraron uno al otro también avergonzados.
- ¡Perdóname! - dijo Topito a Molón.
- ¡Perdóname! - dijo Molón a Topito.
Arrepentidos por todo lo sucedido, los tres ratoncitos también pidieron perdón a sus padres ratones, y volvió a reinar la paz en la ratonera. Mamá rata aún guardaba una pequeña porción de queso y la repartió. Tapón también recibió su parte, pero no comió y enseguida fue a dársela a sus dos hermanos.
- ¡No! ¡Ese queso es tuyo! - le dijeron Topito y Molón con una sonrisa. Y Tapón se relamió muy agradecido.
Actividades educativas basadas en el cuento infantil
La lectura de los cuentos, además de ser muy entretenido, puede servirnos como herramienta para reforzar algunos aprendizajes y habilidades de los niños. Podemos proponerles actividades educativas como las que te sugerimos a continuación a los pequeños para que reflexionen y aprendan. Debes adaptar los ejercicios a la edad y habilidades de tus hijos, para que no resulten ni demasiado fáciles ni complicados.
- Actividades de comprensión lectora.
Estas preguntas de comprensión lectora te ayudarán a evaluar si tu hijo ha prestado atención a la lectura y si ha sabido extraer el mensaje del cuento.
¿Qué comida trajo la mamá ratona que tanto gustaba a toda la familia?
¿Todos los hijos ratones se comieron toda la porción que les tocó?
¿Qué hizo enfadar tanto a Topito y Molón?
¿Por qué debía pedir perdón Tapón a sus hermanos? ¿Y el resto de los hermanos?
- Buscamos en el diccionario.
Es posible que este cuento contenga algunas palabras o expresiones sobre las que tu hijo o hija duda. ¿Sabe qué significa 'airado', 'manjar' o 'cargo de conciencia'? Podéis buscarlas en un diccionario o en cualquier otra herramienta que tengáis por casa. A veces, es tan sencillo como preguntar al abuelo o la abuela.
- Ilustrar el cuento.
Anima a tu hijo a hacer un dibujo inspirado en la historia que acabáis de leer.
Utilización del teatro en la formación de valores en nuestros hijos
Extraído de Guiainfantil.com se ofrecen aquí algunos ejemplos de guiones sobre pequeñas obras de teatros, pueden buscar en Google el guión, yo recomiendo, en los tiempos de pandemia, que se escriba entre la toda la familia y se utilice el cell, para que otros amigos participen. La creatividad es una de las armas fundamentales para seguir creciendo a pesar del aislamiento, además es un buena preparación para el recomienzo de la escuela. Está dirigido a niños entre 4 y 10 años.
Antes de sumergirnos de lleno en los guiones de estas obras de teatro, tenemos que hablar de los beneficios que tiene practicar teatro para los niños.
1. Apoya a los niños con problemas para socializarse.
El teatro es una actividad en grupo que permite a los niños pasar un tiempo divertido junto a otros pequeños que tienen sus mismos intereses. Esto les ayuda a hacer amigos y a convivir con ellos.
2. Mejora las habilidades comunicativas.
Como no podía ser de otra forma, el teatro hace que los niños mejoren sus habilidades para comunicar. Además, pueden aprender vocabulario que pueden incorporar en su día a día. No podemos olvidar, por otro lado, que mejoran la expresión oral, pero también la corporal.
3. Hace que los niños practiquen la memoria.
Al tener que aprenderse el guion de memoria, los niños trabajan la retención y la memoria. Estas son habilidades que les resultarán útiles en su vida diaria y en el colegio.
4. Ayuda a los niños a superar la vergüenza.
Que los profesores propongan hacer una obra de teatro es una pesadilla para los alumnos más tímidos. El subirse a un escenario provoca mucho vértigo a algunos. Sin embargo, una representación escolar o familiar es una excusa perfecta para que los pequeños se expongan a ese miedo y superen la vergüenza.
5. Fomenta el amor al teatro, a la lectura y la escritura.
Cuando los niños prueban esta actividad tan divertida se dan cuenta de que los libros pueden ser grandes amigos. Por ello, el teatro fomenta el amor a la lectura, pero también a la escritura. ¡Quizá se animan a escribir su propia obra de teatro!
6. Refuerza la autoestima.
Los aplausos del público son vitaminas para la autoestima. Y es que no hay nada como unos vítores para dejar a un lado las inseguridades y sentirse más valorado y reconocido. Esto, indudablemente, es un refuerzo muy positivo a la autoestima de los niños que, a pesar de no ser actores profesionales, seguro que recibirá una cálida ovación del público que les vea.
7. Promueve la empatía.
Cuando un niño participa en una representación teatral se pone en la piel de alguno de los personajes. Por lo tanto, se trata de un ejercicio fabuloso para trabajar la empatía con los niños. Además, el teatro les invita a expresar y exteriorizar sus emociones y sentimientos.
8. Estimula la creatividad.
En las obras de teatro, sobre todo cuando proponemos a los niños improvisar a partir de unos personajes, hay mucho espacio para la imaginación y la creatividad de los niños.
Guiones de las obras de teatro con valores
Además de los beneficios anteriormente mencionados, las obras de teatro pueden transmitir unas enseñanzas y unos valores muy importantes para los niños. Igual que ocurre con los cuentos, el teatro propone situaciones que ayudan a los pequeños a reflexionar y a comprender algunos conceptos complicados, como son los valores.
Los guiones de las obras de teatro que te proponemos a continuación hablan sobre distintos valores que debemos transmitir desde la infancia.
- 'El ratón astuto', obra sobre la generosidad.
Con esta obra de teatro te proponemos trabajar el valor de la generosidad con los niños. Es un guion protagonizado por unos animales de la selva que aprenden una importante lección: compartir y ayudar a los demás es esencial, ya que de poco sirve tener muchas cosas si no las disfrutamos con aquellos que más queremos.
- 'La ratita presumida', representación sobre la humildad
Este es un cuento popular cuya historia habla de una ratita que tiene diferentes pretendientes. A todos ellos les trata con desdén y muy poca humildad y no es hasta que un buen amigo le hace abrir los ojos cuando empiezan a comprender que su comportamiento no ha sido el adecuado.
- 'El misterio de las calabazas', obra de teatro sobre el trabajo en equipo
Cuando trabajamos todos juntos, somos más fuertes; eso es lo que enseña esta obra de teatro a los niños. Habla de un grupo de niños que participa en un concurso de decoración de calabazas y gracias a que colaboran los unos con los otros consiguen superar las trampas del resto de concursantes. Además de transmitir valores, este guion es genial para representar en el aula, ya que cuenta con muchos personajes.
- 'El traje nuevo del emperador', representación sobre el valor de la sinceridad
Es posible que conozcáis ya el cuento de 'El traje nuevo del emperador' de Hans Christian Andersen pero, ¿os habéis planteado representarlo? Este guion habla sobre la importancia de decir siempre la verdad, ya que las mentiras pueden dar lugar a situaciones muy incómodas que perjudican a otros.
- 'Un día en la escuela', obra de teatro infantil sobre el respeto
Enseñar a los niños a respetar a las personas que les rodean es muy importante y con esta obra teatral podrás transmitirles a los pequeños el significado e importancia de este valor. En este guion se incluyen cinco personajes, pero se puede ampliar o reducir el número según las necesidades.
- Cuentistas, obra de teatro para enseñar a los niños a pedir perdón
Te proponemos una obra de teatro que enseña a los pequeños a pedir perdón cuando han hecho algo mal y a saber pedir disculpas cuando han hecho un daño a otra persona. Se titula 'Cuentistas'.
Más obras para representar con los niños
Las obras de teatro, además de valores, pueden servir para celebrar momentos muy especiales o para practicar con los niños ciertas habilidades. A continuación te proponemos otros guiones teatrales con diferentes intenciones.
- 'Sale el sol', guion sobre las emociones
La educación emocional es una asignatura pendiente en muchas casas y colegios, a pesar de las consecuencias que esta ausencia educativa tiene para el presente y el futuro de los niños. Por ello, te proponemos esta obra de teatro que ayuda a poner nombre y significado a cada una de las emociones básicas.
- 'Rogelio, el malhumorado', teatro sobre la ira
Hay niños que siempre están de mal humor... Cualquier cosa que se les dice puede hacer que exploten y se enfaden con vehemencia. ¿Qué pueden hacer para darse cuenta de que más vale reír que enfadarse? El conejo Rogelio y sus amigos nos harán reflexionar.
- 'Un cuento en blanco', teatro para celebrar el Día del Libro
Los libros son tan importantes en nuestra vida que, en honor a ellos, se puede organizar una obra de teatro especial en su día. Este guion es perfecto para el 23 de abril, ya que el libro es el protagonista de este cuento.
- 'Saula es especial', obra para entender el autismo
Si tu hijo conoce a algún niño con autismo o si en clase tenéis algún compañero con este trastorno, esta obra de teatro es genial para acercar a los pequeños al Trastorno del Espectro Autista . Da algunas claves para entender de manera sencilla qué es el autismo.
- 'La fiesta de fin de curso se acerca', obra para despedir el curso escolar
Muchos colegios organizan festivales para celebrar lo bien que ha transcurrido el año. Una manera muy bonita de poner el broche final al curso es representando una obra de teatro. Esta habla sobre unos niños que organizan un concurso de talentos a pesar de que a uno de ellos le dé mucha vergüenza actuar en público.
- 'Cupido'
En San Valentín, celebramos el amor hacia los novios, pero también hacia los hermanos, los padres, los amigos... Y esta obra de teatro, protagonizada por un Cupido travieso, habla sobre la amistad y otros valores muy importantes.
- 'Mi hermano es un mono'
Esta es una obra de teatro que está pensada para dos personajes. De esta forma, este es el guion perfecto para representar en casa, con mamá/papá y el niño o entre dos hermanos. Además, habla sobre la relación entre los hermanos.
Ideas para representar estas obras de teatro
Si te ha gustado alguno (o más de uno) de estos guiones de obras de teatro para representar con los niños, solo tienes que ponerte manos a la obra para organizar una representación. Dependiendo de cuáles sean vuestras intenciones (si una obra familiar pequeña o la representación central de un festival escolar) te damos algunas ideas y consejos a tener en cuenta para representar estas obras.
- Escribe y/o adapta el guion a tus necesidades
Todos los guiones se pueden adaptar en todos los sentidos para que cumplan con todas tus necesidades y expectativas. Por ejemplo, puedes eliminar personajes (y repartir sus líneas de diálogo a otros) o añadirlos. O, por ejemplo, si no tienes demasiado espacio para usar como teatro, puedes reducir los lugares en los que tiene lugar la obra de teatro.
- Busca la originalidad
Vosotros mismo podéis ser los actores que representan a los personajes, pero también podéis organizar un teatro de marionetas. Incluso podéis utilizar peluches o muñecos que os sirvan de títeres. Fabricad las marionetas con materiales que tengáis por casa: con palos de helado, cartulina y pegamento; con medias; con trapos...
- Organiza un pase privado o llama a mucho público
Según vuestro poder de convocatoria, podéis representar vuestra obra de teatro delante de los tíos o, por el contrario, delante de los padres de todo el curso. Incluso, podéis proponer la representación como una actividad divertida en la que no es necesario un público. ¡Todas las opciones son válidas!
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