Referido a los niveles de contaminación, Florencia no posee industrias con altos niveles, sin embargo si hay existencia de algunos centros como la fábrica de conservas, cuyos niveles de contaminación están en el rango de media y leve, provocando molestias a la población y atentan contra la calidad del medio ambiente.
Están registrados en el inventario nacional la existencia de dos focos contaminantes: la fábrica de conservas y el poblado de Florencia.
La fábrica de conservas, considerada el principal contaminante del manto freático en el poblado de Florencia, vierte directamente a los arroyos cantidades considerables de Fuel-Oíl, sin ningún tipo de tratamiento. El sistema de canalización de sus residuales que antes funcionaba a través de un canal que situaba los deshechos lejos de la población, hace años que no funciona, lo cual afecta directamente las aguas de los pozos de vecinos de los alrededores. Resulta alarmante como se han hallado muestras de petróleo y de semillas de tomate en el agua de algunos pozos criollos.
El otro foco en el inventario nacional es el poblado de Florencia, el cual no tiene servicio de acueductos y alcantarillados, sólo el 67.62% de la población recibe agua estable y de calidad. No existe red de alcantarillado por lo que fosas y pozos coexisten sin cumplir los requerimientos sanitarios, lo cual se agrava por la irregularidad del terreno que se torna también quebradizo, lo que favorece la contaminación de las aguas. Esta situación tiende a disminuir la calidad de vida de los habitantes, entre otras razones porque mantiene alto el nivel de incidencia de enfermedades digestivas y renales. Otro aspecto a señalar, es que el vertimiento de los residuales líquidos se hace a cielo abierto por no existir laguna de oxidación en el municipio, cuestión que hace aparecer a Florencia en el inventario nacional de problemas ambientales.
Sin embargo, el mayor problema ambiental por su alcance en todo el territorio del municipio y sus repercusiones sobre los recursos hídricos y el suelo, lo constituye la explosión productiva de la porcicultura, lo cual ha generado el surgimiento de decenas de grandes cochiqueras y ha traído como consecuencia la proliferación de focos contaminantes a nivel local tanto en el sector urbano como rural. Este proceso de incremento de la producción porcina a pequeña y mediana escala, fundamentalmente en la modalidad de convenio, repercute negativamente sobre el medio, aumentando el nivel de impacto ambiental provocado por la contaminación de los residuales líquidos vertidos sin previo tratamiento, directamente sobre el recurso suelo y agua. (González, 2012).
La entrega de tierras en usufructo a través del Decreto-Ley 300 repercute en el aumento acelerado de la producción porcina y en el incremento de la contaminación ambiental derivada de la actividad.(González, 2012). En Florencia existen 98 convenios, de ellos 14 con sistema de tratamiento de residuales (STR) por digestión anaerobia (D.A), que representa el 14,2% del total, esta forma de tratamiento resulta una de las maneras menos agresivas de contaminación del medio ambiente, el resto de los convenios poseen otras formas de tratamientos que no resultan tan eficientes como la citada.
El vertimiento de residuales sin previo tratamiento sobre suelos con pendientes pronunciadas pudiese ocasionar fenómenos de erosión en la superficie, disminuyendo la calidad de los mismos desde el punto de vista agroproductivo. Hasta el presente estos suelos se clasifican como productivos, dedicados al tabaco, tomate, maíz, vegetales y pastos generalmente, cuando se presentan poco profundos y alomados, se mantienen con especies forestales. (González, 2012)
Tomando en cuenta los elementos antes señalados y el hecho de que municipio Florencia está considerado como alto productor (21 295 cabezas), se infiere que existen conflictos de nivel alto, entre el uso que tradicionalmente se le ha dado a los suelos y el actual desarrollo de la producción porcina. (González, 2012).
Otro problema con repercusión sobre la calidad ambiental es la recogida de desechos sólidos. El índice de cobertura de disposición de basura es de 59.3%, la principal dificultad estriba en la recogida inestable por falta de combustible para los carros que deben acometer esta tarea. El municipio cuenta con dos vertederos municipales, donde se realiza la disposición final de los desechos sólidos, ambos cumplen con las normas higiénicas puesto que desarrollan un proyecto de relleno sanitario, sin embargo no se controla de manera sistemática el tratamiento que reciben los desechos peligrosos en los fosos habilitados.
El sistema de tratamiento de desechos peligrosos tiene fisuras en la Dirección Municipal de Salud, específicamente se observa en la no existencia de permisos de seguridad biológica en el policlínico de Tamarindo y un grupo de recomendaciones para el policlínico de Florencia, como son, falta de conocimientos sobre el tema e inadecuado tratamiento de residuos peligrosos, según lo normado.
En todos los problemas anteriores influye una baja percepción de la calidad ambiental y su repercusión sobre los recursos naturales y la salud humana, tanto por parte de directivos como por la población en general, que ha influido en que estas importantes afectaciones no hayan sido oportunamente atendidas y persistan por un largo período de tiempo.
Los principales problemas identificados que afectan la calidad ambiental son:
- El mayor problema ambiental lo constituye la explosión productiva de la porcicultura, lo cual ha generado la proliferación de focos contaminantes a nivel local tanto en el sector urbano como rural, muchos de los cuales no poseen un adecuado sistema de tratamiento de residuales o se encuentran mal ubicados con riesgo para los recursos hídricos y el suelo.
- Dos importantes focos contaminantes, recogidos en el inventario nacional y estrechamente vinculados, son la fábrica de conservas y el poblado de Florencia. La primera vierte directamente al arroyo fuel –oil y carece de sistema de tratamiento para sus residuales líquidos. El poblado de Florencia no posee acueducto ni sistema de alcantarillado y sus pobladores se ven afectados por frecuentes problemas renales y gastrointestinales.
- Inestabilidad en la recogida de residuales sólidos.
- Inadecuado manejo de los residuos peligrosos tanto por el sistema de comunales como por el sistema de salud municipal.
- Bajos niveles de percepción ambiental, insuficientes e inadecuada cultura ambiental.